Una de las claves del exitoso recorrido de Manuel Pellegrini en el Real Betis es la capacidad de reconducir situaciones. El club no tiene una situación financiera cómoda para trabajar y tiene que apostar por melones sin calar en Europa como Cardoso. El estadounidense es seria duda para el jueves. Otro aspecto clave en la estrategia es el de reforzar con futbolistas de alto nivel venidos a meno. En este sentido, la mano del entrenador y el ojo clínico de las direcciones deportivas que le fueron acompañando han sido fundamentales para recuperar a jugadores del nivel de Canales, Isco o el propio Antony.
En la presente temporada, una de las apuestas arriesgadas fue la de Ricardo Rodríguez. Ante la imperiosa necesidad de renovar la posición del lateral zurdo, el suizo reunió numerosas expectativas que no se fueron cumpliendo a lo largo del curso. Si bien, en poco más de un mes ha conseguido darle la vuelta a la situación.
Fijo en el once de Pellegrini, le ha dado la vuelta a la tortilla y es un recurso habitual del chileno. Sus actuaciones son más notorias que las de Perraud. Clave ha sido la evolución del colectivo. Con ella mejoró indudablemente la suya propia, tanto que ha sido capaz de ganarse un puesto fijo en el once titular.
Tanto es así que el beticismo viene alabando sus últimas actuaciones y ve con buenos ojos su continuidad. También la dirección deportiva, que está permitiendo que el jugador cumpla ese número necesario de partidos para conseguir la renovación automática hasta 2026.
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